Una simple definición de diccionario

domingo, 4 de julio de 2010

Una actualización de...




De vuelta estoy aquí. Hace unos días pensé en actualizar, pero de forma alegre, poco después de forma triste, ahora sencillamente como autorreflexión...

Me conozco tan poco, que realmente no sabría ni definirme. Vale, admito que difícilmente podría definirse una persona en pocas lineas, pero mi definición es algo que no podría intentar ni aunque quisiese.

Yo, amante de las palabras, también tengo un romance con la música y una aventura con el arte. Tengo una amistad con las relaciones entre personas, y una cierta enemistad con lo que no tiene cabida dentro de mi conciencia. Adoro a la humanidad, soy un humanista. Me fascina la capacidad de creación que tienen los hombres y las mujeres por igual, y me asombra y horroriza la innata capacidad de destrucción que también tenemos. Lo que todo una vida nos ha costado levantar, apenas nos lleva unos minutos el destruir.

Ya estoy divagando, otra vez. Lo de antes no lo quería escribir pero sin embargo ahí está, lo he dejado escrito en vez de borrarlo... Maldito automatismo a la hora de escribir, que ni siquiera yo sé lo que escribo hasta que, una vez terminado, comienzo a leerlo. Es un don, quizás, pero también una maldición... No puedes escribir lo que quieras, sencillamente lo que sientas. Si me dicen de escribir una historia de amor, y yo acabo de sufrir un desamor... Pues si el final trágico de Romeo y Julieta es un tanto escabroso, ni imaginar podría el desenlace que llegase a tener el mío.

No obstante, soy sincero al respecto... A pesar de estar sumido en la desesperanza, en la tristeza, en el dolor... Siempre en el fondo habrá una luz que siga brillando, más fuerte que nunca por toda la oscuridad que le rodea. La esperanza nunca se pierde, y en mi caso parece ser que la esperanza solo aparece cuando todo está rematadamente mal... O no, pues ya se sabe que a veces somos un tanto exagerados.

Bueno, ¿y qué digo yo ahora? No tengo ni idea de lo que quería decir incluso antes de ponerme a martillear las teclas, y ahora que no dejo de escuchar como mis manos no dejan de escribir tampoco dejo de pensar en que la mente está totalmente en blanco, salvo por la música que escucho ahora mismo. Voy a hacer una prueba, si no importa, poniendo la obra maestra de "Adagio for Strings"... Curioso sería si mi manera de escribir cambia, que probablemente será lo que ocurra.


Sí, siento que estoy en la inmensidad del espacio... Luces aquí y allá, oscuridad en el resto... Una soledad tan profunda y a la vez tan bella, que creo que será una de las mejores formas de morir. ¿Veis? Pienso en la soledad, en la muerte, cuando aún estoy vivo y, relativamente, no estoy solo. Somos tan poca cosa para el universo, que ni aún así eso impide que intentemos abrir los brazos como para abarcarlo todo. Me demuestra que mis problemas no son nada, que realmente yo no soy nada más que una simple forma de vida, compleja cuando acercamos el microscopio... Y, para variar, hacemos de nuestros problemas montañas cada vez más grandes.

Problemas, problemas, problemas... A este paso, terminaríamos suicidándonos como el libro de matemáticas, ya que tenemos muchos problemas. Por suerte, esto no es así. Y me alegro de ello.

Siempre hay remansos de paz, momentos en los que estamos perfectamente... Pero seguimos bajo los problemas que nos ocupan. Una sensación de ligereza, de no tener ya ese duro peso sobre nuestros hombros. Muchos encuentran la salida, o esa sensación de su inexistencia temporal, a estos problemas por muy diversas cuestiones, correctas o no, pero que para ellos no dejan de ser las mejores.

Hace nada, comenté que me gustaría poder vaciar mi mente de todo recuerdo, tan solo quedándome con el conocimiento adquirido a lo largo de nuestra vida. Amnesia, en otras palabras. Creo que me arrepentiría de pensar de esta manera cuando me encuentre bien, pero creo que sería curioso comenzar a crear recuerdos nuevamente, sin nada de lo que partir, mas luego volver a llenar la mente con los recuerdos que tuviesemos anteriormente. Probablemente acabaríamos desquiciados, sin saber qué hacer, qué es "nuestro" y qué "no"...

Agh, que alguien me detenga. Que alguien me de un abrazo y me diga que no necesito pensar, que lo único que tengo que hacer es vivir el presente y dejar de preocuparme tanto. Que alguien me diga que no estoy solo, que todo va a salir bien. Que alguien... Que alguien... Que alguien...

- No hay nadie, Adrián.

Tienes razón, no hay nadie... No hay nadie que yo quiera que haga eso, pero sigue habiendo gente que se preocupa por mí. ¿Por qué demonios perdemos la visión de estas personas, al intentar mirar más allá en busca de alguien que quizás no vuelva, si es que la había antes, o no aparezca?

Creo que necesito desconectar un buen tiempo, dejar que mi mente se vacíe de preocupaciones... ¿Quizás tendrán plaza vacante en el Tibet? Me gustaría llegar a una cierta ataraxia interior.

2 comentarios:

мeisĸy dijo...

Escucha tu necesidad y déjate llevar, no te preocupes por los demás porque todo el mundo necesita momentos así de vez en cuando, y eso hay que comprenderlo. En cualquier momento puedes volver a la vida, para comprobar que los de siempre siguen estando ahí, esperen o no tu regreso.

Te doy todo el ánimo del mundo para que te renueves, para que te purifiques o limpies tu mente de sensaciones o sentimientos que no te hacen sentir bien. Un reset sano, sin perder información, porque tener recuerdos y aprender de ellos es algo muy bonito que forma parte de la vida, y precisamente éstos son los que nos hacen ser conscientes de que vamos a continuar con mas fuerza que nunca.

Suerte en todo.

Unknown dijo...

Solo te puedo decir una cosa desde la profunda reflexión:

Te admiro

* Pero a veces te daría una coyeja que...

Puede que ahora no quieras que nadie haga eso por ti, pero si que hay gente, y yo, pienses lo que pienses, soy una de ellas.

Espero que no nos distanciemos tanto tio, que estaría bien vernos este curso alguna que otra vez.
¬¬
:)