Una simple definición de diccionario

sábado, 16 de enero de 2010

Subarashi no sekai... o este maravilloso mundo.

Cuan irónico es tener ganas de escribir, de pasar horas y horas llenando huecos vacíos de sensaciones, sentimientos, expresiones, emociones... Todo mediante simples y sencillas palabras, y descubrir que ante este lugar tan vacío la mente responde del mismo modo, vaciándose.

¿Qué puedo decir, aparte de que no tengo nada en la cabeza? Estoy vacío, como este pequeño pero gran lugar. Carente de contenido, esperando a que escriban en mí, o esperando que por obra y gracia de quien fuere el que escribir emane de mí mismo.

Pero ahora que estoy aquí, tan lejos y cerca al mismo tiempo, tengo que hacerlo. Tengo que intentarlo. Llenar esta pseudo-hoja con algo, aunque esto sean deliberaciones tontas y estúpidas, que se resume con la palabra "paja". Esto no es nada, y es más que eso.

Recuerdo cuando hace tiempo, escribía en cualquier lugar, en cualquier hoja de papel, alguna historia o fragmento que se pasase por la cabeza. También que hablaba sin hablar de los problemas que me acongojaban, escritos de tal forma que a veces me costaba entenderme hasta a mí mismo. ¿Dónde he dejado eso ya atrás? ¿Estoy madurando hasta el punto de no tener la necesidad de escribir, y de no poder hacerlo? ¿O por el contrario es una muestra de inmadurez el no querer hacerlo?

Sinceramente, no tengo ni la más remota idea. Necesidad tengo, si bien no tan imperiosa y realizable como antaño. Pero no tengo formas, he perdido mi noción de la escritura, ese sentimiento que enamaba de mí e impregnaba cada una de mis palabras, dotándolas de algo más que un sencillo significado más allá de un diccionario.

Me estoy haciendo viejo... Y es un asco, pues el tiempo pasa tan fugazmente que hoy tengo 19 años y dentro de unos días 20. ¿Qué he hecho con este tiempo, que tan rápidamente pasa ante mis ojos y se escurre entre mis dedos? No he hecho nada, nada salvo estar e intentarlo... Y fracasar... Y intentarlo... Y fracasar... Y cansarme... Y no hacer nada...

Esa son las tres palabras que me condicionan: Intentarlo, fracasar, nada.

No sé por qué he puesto el título de "Maravilloso mundo", cuando para mí de maravilloso tiene poco... Intentamos realizar algo irrealizable a simple vista, albergando la vacua esperanza de lograrlo alguna vez. Y nos golpeamos contra algo: El suelo (Si nos contentamos con lo que tenemos a mano), la pared (Si seguimos hacia delante)... E incluso el techo, si aspiramos a demasiado.

No, sigo sin saber que hacer. Sin saber que decir. Sin tener ni idea de nada, salvo de la propia nada. Pero, aun así, sigo estando aquí. Sigo intentándolo. Sigo fracasando. Sigo sin hacer nada.

Pero este es un maravilloso mundo, sin duda, donde cualquier cosa que deseemos tiene una mínima oportunidad para realizarse (Si bien otra cosa es que no consiga salir adelante). Lo mismo con aquello que no. Porque nunca habrá escased de oportunidades y de errores.

Sí, este es un maravilloso mundo, donde por intentarlo no se pierde nada, pero se gana mucho. Y donde fracasar es otra oportunidad para volverlo a intentar. Y donde la nada no es más que un pequeño descanso que nos tomamos para volver a coger fuerzas.

Sí... este es nuestro maravilloso mundo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Bueno,como sabes, la casa nunca se comienza por el tejado... y llevas 20 años creando una GRAN planta de hormigón en una llanura aún más grande.

Tienes tantas ganas de terminar la casa que a veces tomas una teja, te situas en tu gran planta y te quedas sin saber donde o como colocarla... te frustras y sueñas en como sera la casa, y quieres "mas"... y decides seguir aumentando la planta para la proxima vez que te frustres, soñar una casa aún más acojonante.

Pero... una casa es para vivirla, no para construirla indefinidamente.
Va siendo hora de tomar un ladrillo, y dejar tanta teja-paja.

PD: separados por dos laminas de tablerillo unidas con carton... ¿sabes? estas puertas son una mierda.